A dos meses y medio de que Calles asumiera su posición como presidente, estalló un movimiento cismático, encabezado por  Joaquín López Budar “El  Patriarca Pérez” quien formó, con apoyo de Luis N. Morones, máxima autoridad de la Confederación Regional Obrera (CROM),  la Iglesia Católica Apostólica Mexicana, separada de Roma.

Luis N. Morones buscaba congraciarse con Calles y amedrentar al Papa, haciéndole ver que con el gobierno mexicano nadie jugaba, y para ello apoyó a López Budar creando un grupo de choque  “Los Caballeros de la Orden de Guadalupe” conformado por obreros afiliados a la CROM que estaban destinados a proteger al “Papa Mexicano” Por su parte, López Budar tenía una larga vida de disidente e inconforme ante sus superiores.

El entonces Arzobispo de México, Mons. José Mora y del Río comentó sobre ese hecho: “Para detener la marcha triunfal de la Iglesia Católica, se requieren hombres de talento, de mayor estatura, cualidades de las cuales carece José Joaquín Pérez Budar