Calles y Obregón vuelven a hablar entre sí, afirmando que es necesario dar una lección a esa “gentuza”.
Cruz está presente y hace notar que conviene siquiera dar a la sentencia alguna apariencia legal.
Calles molesto le grita: “No quiero formas, sino el hecho”
Por su parte, el P. Pro había notado el ir y venir de militares. Rezó con su hermano lo que quizá fue su último Rosario y durmió en el desnudo piso, pues había regalado su colchoneta a Antonio Mutiuzábal.