Inicia el P. Pro el 4to curso de Teología en octubre de 1925, pero al apretar el invierno aquella salud de tantos modos quebrantada por el alma indomable, cedió por fin del todo.
Debieron sus Superiores a enviarlo a la clínica de Sain-Remy, para obtener análisis y radiografías. Les es diagnosticada una úlcera en el estómago con estrechamiento en el píloro y es necesario internarse en la Clínica.
Se armó con un tratado de teología dogmática, otro del sacerdote en el altar, un diccionario de francés y salió rumbo a la clínica, puesto en las manos de Dios y sin otra preocupación que su santificación personal.
De esos eternos días en cama, el P. Pro tuvo momentos para meditar y practicar la paciencia: “De mi hombre viejo…El Señor me ha dado ocasión de ejercitar la paciencia; ¿ lo habré conseguido?”