Estando la policía en su casa, La Sra Montes de Oca recibió una llamada de su pequeño hijo quien le pedía fuera por él a casa de sus abuelos. El agente Basáil rápidamente le arrebató la bocina a la sra y le pidió la dirección al niño para ir por él.

Así, acudieron para amenazarlo y obtener del niño, el domicilio de la Sra. Valdéz y con ello el paradero del Padre Pro, pues un día antes el pequeño se había ido a confesar ahí. 

La policía vigiló y estudió la situación en la casa de la Sra Valdés, de modo de no dejar camino libre para la escapatoria.