Línea del tiempo

Sacerdocio
1925
El Hno. Pro recibe las Sagradas Ordenes
El Hno. Pro recibe las Sagradas Ordenes

Mons Lecomte, le otorga el presbiterado (es ordenado sacerdote). Sin presencia de su familia y de su compañero el Hno. José Amozurrutia, se encontró solo y aislado en esos grandes e inolvidables días.

La ordenación sacerdotal es la primera ocasión en que nos encontramos de nuevo al valiente Hno. Pro envuelto en lágrimas. Las impresiones para su corazón sensible son excesivamente profundas y grandes: “Contra todos mis propósitos, contra lo que yo esperaba de mi naturaleza fría y dura, no pude impedir que el día de la ordenación y al momento de decir con el obispo las palabras de la Consagración, las lágrimas salieron hilo a hilo y que mi corazón dejara de golpe el pecho con saltos inauditos”

“¿Cómo va a decir el pensamiento la suave unción del Espíritu Santo que siento, palpo, casi toco con mis manos, inundando a mi pobre infeliz alma de barretero, de dulzuras del cielo?…

Una vez ordenado, el Padre Pro narra a su familia a través de una carta:

…me fui a mi cuarto, coloqué sobre mi mesa los retratos de mi familia y la bendije con toda mi alma… fuimos a la huerta para bendecir a la comunidad, yo comencé muy valiente, pero al tercero de vuelta a jirimitear cuando el que estaba en  cuarto lugar me preguntó si había venido mi madre. ¡Dios se lo perdone!

El P. Pro celebra su primera misa

El Padre Pro, dice su primera misa en Enghien, Bélgica en la capilla de San José.

“A las siete comencé la misa en la capilla San José. Al principio un poco cohibido, pero después de la consagración con paz y alegría de cielo. Duré 32 minutos y a juicio de los asistentes la dije como un padre antiguo (para algo la había ensayado tanto)” 

Le ayudó un Hermano húngaro y tuvo media docena de asistentes. 

Asiste a la Acción Popular en Francia

El P. Pro va a Francia a la Action Populaire, que es una institución que orienta, dirige y empuja el movimiento social católico se dedica a leer sobre cuestiones sociales, ensanchando horizontes.

Por las mañanas celebraba misa en los santuarios más célebres, el resto del tiempo lo emplea en trabajar en la biblioteca o en consultar a Padres sobre asuntos interesantes. En una libreta transcribía de su mano la bibliografía de autores sobre cuestiones sociales.

Va ensanchando horizontes: “Debemos formar la opinión, ensanchar horizontes, mirar por el futuro… el sacerdote que se contenta con unas cuantas almas, puede ser bien intencionado, pero tiene espíritu de sacristán”

“En México el nivel intelectual es muy bajo, es necesario levantarlo. Para esto hay que formar al clero, a los católicos, a los obreros; preparar grupos, estudiar, orar..”

En alguna de sus cartas cuenta:

He venido 8 días a París a orientarme un poco y llevar el caudal de trabajo para el año. Estoy aquí abrumado de trabajo y no he tenido tiempo de pasearme por los grandes boulevares… con todo, me he dado una escapadita para ir a decir misa a la capilla  donde nuestro Santo padre hizo sus primeros votos…

Es enviado a la clínica de Sain-Remy

Inicia el P. Pro el 4to curso de Teología en octubre de 1925, pero  al apretar el invierno aquella salud de tantos modos quebrantada por el alma indomable, cedió por fin del todo.

Debieron sus Superiores  a enviarlo a la clínica de Sain-Remy, para obtener análisis y radiografías. Les es diagnosticada una úlcera en el estómago con estrechamiento en el píloro y es necesario internarse en la Clínica.

Se armó con un tratado de teología dogmática, otro del sacerdote en el altar, un diccionario de francés y salió rumbo a la clínica, puesto en las manos de Dios y sin otra preocupación que su santificación personal.

De esos eternos días en cama, el P. Pro tuvo momentos para meditar y practicar la paciencia: “De mi hombre viejo…El Señor me ha dado ocasión de ejercitar la paciencia; ¿ lo habré conseguido?”

El P. Pro es operado por primera vez

Al llegar el P. Pro a la clínica, también llegó el buen humor.  Las religiosas no acababan de admirarse. Para él no había penas, ni dolores, era como dirían después otras religiosas: El niño mimado de Padre Dios.

Su enfermedad se fue largando mucho y fue necesaria otra operación el 5 de enero de 1926 “la herida no cierra, la sangre sale en abundancia, la convalecencia se prolonga, mi año de teología corre peligro de perderse… ¡Bendito sea Dios por todo esto! Él sabe el porqué de estos trastornos y yo me resigno y beso la mano que me hace sufrir.

Dura fue la prueba. Pero le estaba reservada otra mayor.

De su operación, el P. Pro escribiría: 

El 17 de noviembre recibí el primer tajo en mi compósito; mi estómago fue quemado en tres sitios ulcerados y abierto en su cara superior, para adornarse con un nuevo píloro

1926
Muere Doña Josefa, mamá del P. Pro

“El día 10 recibí el cable que me anunciaba que el 8 había muerto mi madre. Una carta recibida providencialmente 2 días antes, me había preparado, pues en ella se me decía que un cáncer en el estómago con ramificaciones por el hígado y el corazón, había quitado toda esperanza a los médicos”

La Sra. Pro sabía que su misión sobre la  tierra ya estaba acababa, y a la hora de la consagración de la misa se ofreció solemnemente por el P. Pro quien entonces empezaba su ministerio sacerdotal y muy consolada decía que nuestro Señor la había escuchado.

Ese mismo día el P. Pro tiene la tercera operación y permanece ahí hasta el 6 de marzo cuando al fin logra ponerse en pie y es enviado a Hyéres a una casa de convalecencia atendida por Religiosas Franciscanas. 

 Poco a poco se dedicó a varios ministerios, sencillos pero con la firme intensión de ayudar.

Finalmente el médico que lo atendía en Hyéres, confidencialmente comunicó al compañero del P. Pro la gravedad de su caso “Es caso desesperado. Ponga usted al tanto a sus Superiores”. Al paciente, nada se le dijo.

En una carta al P. Cavero, abre su corazón: …llore mucho Ud. Sabe P. Cavero, como se llora a una madre. Pero, en medio de mi pena, sentí un gozo inmenso, una consolación interior y una convicción profunda de que mi madre ya no estaba en mis oraciones, que ya gozaba de Dios, que ya era dichosa… 

El P. Picard le dice al P. Pro: Regrese a su patria, a morir

El P. Picard del Teologado le de Enghien con una caridad exquisita, toma resolución. 

Los medios humanos para salvar la salud del P. Pro están agotados. Será un consuelo para él, morir en su patria y despedirse de los suyos hasta la eternidad. Le dice directamente “Regrese usted, a México, para morir en su patria”. 

El P. Pro obedece, no sin antes hacer una escala en Lourdes, Francia, visita  que cambiará su vida.

Con ese optimismo infalible, el P. Pro se expresa sobre tu regreso a México: “…en donde, tal vez,  es muy probable, que puede ser,  que de casualidad, se restablezca mi compósito beluino, agotado por tantos tajos, cuchilladas, inyecciones y aberturas.

Visita a Lourdes, Francia

El P. Pro llega a Lourdes a las 8.45 de la mañana. A las 9 am estaba celebrando misa en la santa Gruta y estuvo hasta las 4:50pm, para tomar el tren de regreso. 

De esa visita a Lourdes, sacó las fuerzas para su  próximo proceder pues en adelante sin atenciones especiales o médicas, va y viene, trabaja y ora, de desvela, asiste a los pobres, confiesa horas enteras y todo a veces sin tomar alimento.  

“Lo que ahí se siente no es para escribir, ha sido uno de los días más felices…A las 9 dije la misa…pasé una hora en la gruta, lloré como un chiquillo. Por demás está decir lo que sintió mi pobre alma. Ahora voy a regresar con el alma llena de  consuelo”

El P. Pro recuerda con amor y esperanza lo vivido en Lourdes:

“Y sin embargo, allí estuve. Porque para mí, ir a Lourdes era encontrar a mi Madre del cielo, hablarle, pedirle; y yo la encontré y le hable y le pedí…”

En altamar rumbo a sus obreros de México

Escala en la Coruña, y luego hacia altamar, rumbo a sus obreros de México. 

“Dios como siempre es mi padre que me mima. Soy el único sacerdote  a bordo y he sido recibido por mis compatriotas de la manera más franca y amable. Todas las dificultades para la celebración de la Santa Misa se allanaros como  por ensalmo. La comunión del primer viernes emocionó a todos los presentes: señoras, señores, niños y jóvenes en gran número se acercaron a la mesa eucarística.

Consciente de la situación política en México, piensa para sus adentros:

“¡Tres días más… y estaré en México! ¿Me dejaran entrar, siendo sacerdote y religioso? No lo sé, pero yo oro y confío”

El P. Pro se presenta al P. Provincial y visita a su familia

El 7 de julio, el P. Pro desembarcó en Veracruz, y tuvo todas las facilidades para el ingreso en el país. Ni la aduana le abrió las valijas, ni el revisor de pasaportes pareció fijarse que el P. Pro aparecía como sacerdote.

Tomó el tren nocturno hacia la capital.

El 8 de julio se presenta ante el P. Provincial Luis Vega. Una hora más tarde se encuentra ya en la casa de Enrico Martínez para iniciar sus ministerios, en donde actualmente está la Parroquia de Guadalupe Reyna de la Paz.

Por la tarde  visita a su familia que vivía en la calle de Orizaba. Se entera que su hermano Humberto de 24 años se hallaba en la cárcel por su trabajo apostólico en la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa.

Los pensamientos del P. pro sobre los acontecimientos en México saltan en frases como:

“… la iglesia de México está hoy entregada a sus enemigos, burlada, abofeteada, despreciada”

El P. Pro pasa los días confesando

Del 8 al 31 de julio de 1926, de 5 am a 11 am y de 3 a 8 pm no hay sino asistencia al confesionario. Filas de personas deseaban recibir una palabra de aliento, los sacramentos, confesiones, inclusive casarse, pues ya era de todos conocido que se venían tiempos difíciles, en los que los templos serían cerrados y los sacerdotes perseguidos.

¿Cómo es que el P. Pro, soportó estas jornadas, después de haber estado tan enfermo?, él mismo nos lo dice: “¿Cómo resistí? ¿Cómo resisto? ¿Yo el dócil, yo el delicado, yo el interesante huésped de dos clínicas europeas…? Todo lo cual prueba con evidencia evidentísima que si no entrara el elemento divino, que sólo usa de mí como instrumento, yo ya hubiera dado al traste con todo

Entra en vigor las “Ley Calles”

Los templos son cerrados por orden de los Obispos y con aprobación del Papa Pio XI, como respuesta a las terribles iniquidades de la Ley Calles.

Calles por su parte declara que todos aquellos templos que sean abandonados por los clérigos, serían ocupados para usos profanos.

Calles consiguió proceder en la reglamentación del Código penal en el DF y territorios y hacer imposible a la Iglesia y a sus sacerdotes el ministerio a no ser como empleados gubernamentales.

Los católicos inician el boicot a las “Ley Calles”
Los católicos inician el boicot a las “Ley Calles”

El Padre Pro comenzó a asistir espiritualmente a las Religiosas del Buen Pastor. También le fue encomendada la Parroquia de la Sagrada Familia, sustituyendo al  P. Fernando O.

México amaneció en la total orfandad. En los templos no se oficiaba. Los sagrarios aparecían vacíos y con las puertecillas abiertas. Las velas tenían moños de luto.

Esa sensación de angustia y soledad, contribuyó en los primeros días, al boicot contra la Ley Calles, aunque su firmeza duró poco menos de tres meses. 

El P. Pro, por su parte, ideó  las Estaciones Eucarísticas, que eran casas convenidas para dar el sacramento. De inicio eran 300. Y después hasta 1,300. Todo entre carreras, escondidas, contraseñas y peligros de cárcel y muerte.

El  P. Pro habla un poco de su carga de trabajo:  A mi propia parroquia de Enrico Martínez, tuve que añadir la de la Sagrada Familia, así… como quien dice ¿no puedes torear un borrego?, pues ahí te va ese miura…

Son lanzados al aire globos con propaganda contra Calles

La Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa,  ejecuta su plan de lanzar al aire más de 500 globos que contenían propaganda en contra de las políticas de Calles. 

Por ello se  iniciaron los cateos en domicilios de miembros de la Liga. El Padre Pro es aprehendido por Bandala, uno de los jefes de la policía secreta.

Con humor, el P. Pro narra su aprehensión: “El cuatro de diciembre, día de en que se echaron los globos, fue Bandala a catear la casa. Nada encontró, pero dio orden de que todo varón que llegara de 12 a 1 de la tarde fuese llevado a la cárcel. Y yo fui el único que llegó …

1927
El P. Pro inicia con las comisiones de auxilios

Principios de 1927. Da inicio a  las Comisiones de Auxilios, pues desde que llegó a México se dio cuenta de la gran cantidad de familias que se iban quedando en la miseria a causa de la persecución y por no renegar del catolicismo.

Los trataba con mucho cariño y bromeaba diciendo: “Tienen la mala costumbre de comer tres veces al día”

Ingeniosamente se disfrazaba de obrero, chofer, y catrín para pasar desapercibido en su colecta de alimentos para las despensas o para oficiar misas y dar sacramentos. 

Las comisiones de Auxilios actualmente funcionan con el nombre de Fundación Padre Pro IAP y está a cargo de su sobrino el Sr Humberto Pro quien, con su familia ha seguido la hermosa labor que alguna vez inició su tío, el P. Pro.

Sobre sus múltiples actividades el P. pro comentaba: “Jesús me valga si no hay tiempo ni de resollar… Y como estoy metido hasta las cejas en eso de dar de comer al que no tiene, y son muchos los que no tienen, le aseguro que ando como trompo de aquí para allá…”

Al P. Pro se le ordena reclusión

Febrero y marzo de 1927. Los Superiores del Padre le ordenan reclusión, pues su actos de bondad y de sacerdote heroico empezaban a hacerlo conocido por la policía. 

A lo que él comenta “¡Cuán difícil es esta virtud de la obediencia! Recluso en un cuarto estrecho, sin más horizontes que un corral vecino y con prohibición de exhibirme mucho, paso los días revolviendo mis libros y papeles y preparando mi examen a medias. Creo que la obediencia es el mejor de los sacrificios”…

Con mucho respeto, el P. Pro hace ver su punto de vista sobre la reclusión:

No es, Padre, humildad, ni deseo de aparecer como muy valiente. Es sólo el convencimiento que tengo delante de Dios de lo inútil que yo soy y de lo poco que puedo valer, y de que sería animar mucho a infinidad de gente, sacerdotes y no sacerdotes, si no abandonamos a nuestros hermanos hoy que tanto necesitan los auxilios de la Iglesia. Lo más que me pueden hacer es matarme. Pero eso no sería sino el día y la hora que Dios me tiene reservado.

El P. Pro se multiplica gracias a sus disfraces
El P. Pro se multiplica gracias a sus disfraces

Mayo – septiembre de 1927. El Padre Pro se multiplica con una ingeniosidad palpable: tandas de ejercicios, a veces delante mismo de Edificios de gobierno, otras en corralones destartalados, y luego retiros, conferencias, pláticas, extremaunciones, conversiones de pecadores y de personas de diversos credos religiosos.

Apoyado por su ingeniosidad, sigue disfrazándose según la ocasión. Si tenía plática con los choferes, se ponía gorra que le cubría hasta las cejas, si era una misa con el “alto coturno” un traje de gran catrín, con perrito “fifí” incluido. 

También se hacía pasar por estudiante y a veces por enamorado para así distraer a quienes le pisaban los talones.

Una de las frases más conocidas del P. Pro:De la nobleza de alto  coturno, pasemos a la plebe guarache. Allí mando yo. Allí estoy a mis anchas. Y allí bendigo a Dios por haberme dado la sublime dignidad del sacerdocio. 

¡Qué dicha interior al dejar en paz a una familia obrera desavenida!  ¡Qué gozo al llevar la comunión a un niño de 94 años! ¡Qué alegría al confesar, debajo de un árbol, a un guapo jardinero italiano, o al enseñar el catecismo a un comunista, entre las virutas y serrín de su taller de carpintero.”

El P. Pro y la madre Conchita se ofrecen como víctimas

Sor María Concepción Acevedo y de la Llata, la Madre Conchita, Abadesa de las capuchinas y el Padre Pro tiene la misa en la que  se ofrecen, en palabras del P. Pro “Como víctimas a la Justicia Divina, por la salvación de la fe en México, por la Paz de la Iglesia y por la conversión de los perseguidores de ella”. 

Quién diría que en exactamente 3 meses, Dios le tomaría su ofrecimiento al P. Pro.

Por la mañana El P. Pro oficia misa

El Padre Pro fue a celebrar misa en la casa de la Sra Guadalupe Belaunzarán de García. 

A las 10am  se entregó a escuchar confesiones en la casa de la Sra Montes de Oca.

A la 1pm regresó a su casa en la calle Pánuco donde vivía con su  papá Don Miguel Pro, y sus hermanos: Humberto, Roberto y Ana María. 

Humberto y Roberto estaban en Azcapotzaltongo por una conferencia de asuntos religiosos. Al regreso de estos, comieron en familia. 

A eso de las 3pm Humberto y Roberto salieron a comprar unas paletas heladas. 

Atentado dinamitero contra el general Álvaro Obregón
Atentado dinamitero contra el general Álvaro Obregón

Después  de las 3pm el General Alvaro Obregón era víctima de un atentado, mientras circulaba por el Bosque de Chapultepec, rumbo a una corrida de toros. Sale ileso. Los responsables de tal acto: 

El Ing. Luis Segura Vilchis, Juan Tirado y Nahúm Lamberto Ruiz.

Por su parte, el P. Pro recibe una llamada que le recuerda tiene compromiso de ir a bendecir la casa de la Fam. García por lo que parte en seguida. 

A las 5 pm la Srita María B. va a la casa de los Pro y avisa a Humberto que se le espera con urgencia en la calle Marsella para su trabajo ordinario de propagandista. Ahí se entera del atentado sin más novedad. 

Roberto alcanza al Padre Pro en la casa de la Fam. García y de ahí van a casa de la Sra Montes de Oca. Después van a casa de la Fam Valezzi. Ahí se enteran del atentado contra Obregón. 

Al enterarse del atentado, el P. pro sin imaginar que después sería implicado en ello, se limitó a comentar:

¡Quien sabe cuántas personas van a ser implicadas en este asunto!

Por la noche. El auto fue de los Pro.

A las 6pm Ana María, envía a la sirvienta a comprar combustible para la cocina. La sirvienta de regreso cuenta a Ana María que en la carbonería comentaban sobre el Atentado. 

Humberto, de regreso de su trabajo en la calle de Marsella, compra “El Universal Gráfico” y al leerlo cae en cuenta que el Automovil Essex n. 10101 utilizado en el atentado, es el mismo que había vendido, el 8 de noviembre al Ing. Luis Segura Vilchis, por medio de un tercero y sin saber el uso que le darían.

El Padre Pro sale de la casa de la Fam. Valezzi rumbo a su casa en la calle Pánuco. Apenas sale y llega la policía al domicilio de los Valezzi buscando a cierto señor. Al no encontrarlo se llevan a la Sra Valezzi.

Miguel llega a su casa alrededor de las 9pm y sale con sus hermanos a dar la vuelta y escuchar comentarios.

Juan Tirado es torturado hasta el cansancio

El P. Pro dice misa en la casa de la Srita. Esperanza Montaño. A su vez el agente Mazcorro, pide al Agente Antonio Quintana que esclarezca el misterio del atentado. En paralelo, Juan Tirado, también aprehendido por el atentado, es torturado en los sótanos, el cual guarda celoso el secreto de sus cómplices. Después del desayuno, los 3 hermanos Pro van a casa de la Fam. Valezzi, encuentran al señor muy afligido pues no ha podido libera a su esposa. El P. Pro acude a la policía en busca de Daniel García, nombre al cual estaba registrado el Essex y era el pseudónimo de Roberto. Esa mañana el P. Pro y sus hermanos abandonan la casa de Pánuco y se alojaron en casa de la familia B.

El P. Pro se confesó con su director espiritual el P. Alberto Méndez Medina, ocultos en la casa de la Sra. Urquiaga. En tanto la esposa de Nahum Lamberto Ruiz, herido por la policía en la persecución del coche Essex, en un intento de salvar a su esposo,  hace declaraciones sobre el Ing. Segura Vilchis y vincula a los Pro. La Sra Valezzi sale tras pagar una multa de 3,500 pesos. El Padre Pro visita a la Fam. García, y comenta su inquietud por la suerte de sus Hermanos. La Sra Montes de Oca le envía recado diciendo que la Policía buscaba a Roberto.

El P. Pro y sus 2 hermanos se hospedan en casa de la Sra Valdéz

Álvaro Basáil y Antonio Quintana, agentes de la Policía pasaron el día buscando a los Pro. El P. Pro se dedica a buscar nuevo lugar para sus hermanos y para él. 

Al fin le brindan apoyo para quedarse en la casa de Londres 22. Ahí la Sra. María Valdéz de González alquilaba cuartos. El P. Pro le pregunta “¿No teme usted comprometerse recibiendo en su casa a un sacerdote perseguido por la policía?” Ella simplemente dijo: No

Ese mismo día, Humberto Pro se presenta a los directores de la Liga y declara estar dispuesto a irse a la montaña con los cristeros. El P. Pro, también debía salir de la capital el 19 de noviembre.

El P. Pro y sus hermanos preparan su partida

El día transcurrió con calma. Los amigos del P. Pro le buscaban un lugar más seguro. Por la noche, bendijo el matrimonio de unos jóvenes. Ese día comentó a la Sra. Valdés: “Mañana salen mis hermanos para Estados Unidos y yo me iré el 19 a reanudar mi comercio de almas” Irse a los Estados Unidos era una frase hecha para significar remontarse a la montaña con los Cristeros, sin embargo el P. Pro nunca fue partidario de tomar las armas en el conflicto religioso.

Se revela el escondite del P. Pro y sus hermanos

Estando la policía en su casa, La Sra Montes de Oca recibió una llamada de su pequeño hijo quien le pedía fuera por él a casa de sus abuelos. El agente Basáil rápidamente le arrebató la bocina a la sra y le pidió la dirección al niño para ir por él.

Así, acudieron para amenazarlo y obtener del niño, el domicilio de la Sra. Valdéz y con ello el paradero del Padre Pro, pues un día antes el pequeño se había ido a confesar ahí. 

La policía vigiló y estudió la situación en la casa de la Sra Valdés, de modo de no dejar camino libre para la escapatoria.

El Padre Pro es arrestado

A las 3am se despertó la Sra. Valdéz y sus sirvientes, por ruidos en el techo y el ladrido de un perro. Al asomarse por la ventana vio alrededor de 20 soldados armados. 

Entraron a la casa y rompiendo la puerta de donde dormían los Pro dijeron: ¡Nadie se mueva! 

Entonces el Padre Pro juntó a sus hermanos diciéndoles “Arrepiéntanse de sus pecados, como si estuvieran en la presencia de Dios”  Y con voz entera pronunció la absolución sacramental. 

Después les dijo en voz baja: “Desde ahora vamos ofreciendo nuestra vidas por la religión en México y hagámoslo los 3 juntos para que Dios acepte nuestro sacrificio” 

El Padre Pro es sacado de su refugio

A punto de partir  el agente Álvaro Basáil dice a la Sra Valdés: “¿Sabía ud que escondía en su casa a los dinamiteros?” Y ella respondió: “Lo que sé, es que ocultaba a un santo” 

-“Esta señora es inocente, déjela usted tranquila y haga de nosotros lo que quiera”, dijo el Padre Pro, después le dijo a la Sra: “Me van a matar”. Le regalo a usted mis ornamentos sacerdotales.” 

Basáil dijo: “Nada de eso. No tiene nada que temer ustedes en la inspección”. El Padre se acercó al armario, tomó un crucifijo, lo besó  y lo guardó en su saco. 

Al salir Basáil sugirió al Padre Pro llevar un abrigo, y él solo dijo que lo había regalado a uno “más amolado” que él. La Sra Valdés se apresuró a darle un sarape, el cual el Padre Pro daría, llegado el momento, a Juan Tirado, pues después de la golpiza, temblaba de frío. 

Dada la señal de salida, el P. Pro bendice la Sra. y a sus criadas, y sale diciendo: ¡Viva Dios! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

El P. Pro se despide de su hermana.

El P. Pro y sus hermanos, custodiados, hacen una escala en casa de la Sra. Montes de Oca, donde se encuentra su hermana, con el niño que no pudo colocar en adopción y es donde se entera que la Sra. Montes de Oca está en prisión. 

El agente Basáil hacia estas “condescendencias” para ver si hacia un hallazgo interesante. Aprovechando el momento, el P. Pro toma el teléfono y llama a la Familia García Belaunzarán. 

Al contestarle una señorita, le pide llegue a casa de la Fam. Montes de Oca a ver a su hermana, pues él y sus hermanos debían salir. Ella le pide que la esperen, y el Padre Pro solo dice: “No hija, hasta el cielo” y colgó.

Los Hnos. Pro son encerrados en el sótano de la Inspección de Policía
Los Hnos. Pro son encerrados en el sótano de la Inspección de Policía

En auto custodiado fueron llevados a la Inspección y les tomaron las primeras declaraciones de rigor. Eran alrededor de las 5 am. Basáil, les muestra el auto Essex a lo que Humberto dice: “Nosotros no tenemos nada que ver en ese asunto” 

Son encerrados en el sótano. Encierran a Roberto con el Padre Pro y a Humberto con la Sra. Montes de Oca. Los sótanos eran fríos, mal ventilados, nunca entraba el sol. 

Gastaba el día en orar, cantar y rezar el rosario con Roberto. Después se les unieron los demás presos. Hacían ejercicios gimnásticos para aminorar el frio y repartía sus alimentos con los presos que no tenían. 

Durante los 4 días de cautiverio no perdió la confianza en Dios. En las paredes escribía: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!

De esos días en prisión el P. Pro escribiría: “La noche… La noche la pasamos en el patio, al cielo raso, pues en la orden de prisión venía este inciso: Procúrese fastidiar a los aprehendidos. Y vaya si lo cumplieron”

Calles y Obregón deciden el destino de los 3 hermanos
Calles y Obregón deciden el destino de los 3 hermanos

Apenas Calles y Obregón se enteraron que estaba preso el P. Pro, ordenaron que él, sus hermanos y los verdaderos autores del atentado, fueran pasado por las armas el 19 de noviembre a la 6 de la mañana. Así lo dijo el Mayor Torres “Mañana tendremos Carnitas” 

Calles solo piensa en herir el sentimiento católico y opta porque se levante un acta policiaca de información, como base para una acción criminal ante los tribunales.

Consciente de su labor a favor de los necesitados, el P. Pro comentaba: “…La revolución es un hecho; las represalias, sobre todo en México, serán terribles; los primeros serán los que han metido las manos en la cuestión religiosa, y yo…  metido hasta el codo.”

Le toman declaración a los hermanos Pro

El acta empezó a las 10am. Pasaron todos los implicados a declarar. Incluidos Obregón y el P. Pro. Firmaron el acta  Roberto Cruz y Guerra Leal. 

En Ing. Segura Vilchis al ver que han implicado a los hermanos Pro y al saber que son inocentes, insiste ante Roberto Cruz que fuera de las personas que él mencionó como cómplices (Juan Tirado y Nahúm Lamberto Ruiz) los demás no estaban implicados en los hechos.

Basáil busca “algo” para inculpar a los Pro

Basáil continua buscando pruebas para inculpar a los Pro, y piensa que en la calle de Pánuco podría encontrar algún dato, como  huellas del auto Essex.  

Acude a la casa con un par de detectives, y con el pretexto de avisar a Ana María Pro, que sus hermanos desean verla y también su papá Don Miguel Pro; es ahí donde aprovecha para calzar las huellas de los autos, solo para darse cuenta que no hay marcas del auto Essex, solo de un Studebaker.

Ana María, después de consultarlo con un sacerdote y un abogado, acuerda acudir sola a la cita que le han propuesto.

Los hermanos Pro visitan a su hermana Ana María

A las 3am se presentan Basáil y Quintana, en la casa de Pánuco, con los 3 hermanos Pro. El P. Pro está de muy buen humor y hasta bromea con los policías. Incluso Ana María pregunta el monto de la libertad de sus hermanos. A lo que calcularon $4,000 por el Padre, $2,000 por Humberto y $1,000 por Roberto. 

Su inocencia era tan evidente que todos estaban de buen humor. Hasta parecía que Calles y Obregón se habían olvidado de ellos.

Calles ordena la ejecución

Sin embargo Cruz recibe de Calles y Obregón la orden de fusilar a los 4 detenidos, como si todos fueran cómplices y conjurados en el atentado contra Obregón. 

¿Qué fue lo que repentinamente los enfureció? 

Más allá de su odio a la Iglesia, se piensa, según el análisis de los hechos, que en el cable enviado por el Arzobispo de México, Sr Díaz Barreto anunciaba que el Papa Pio XI rechazaba las proposiciones que le hacían Calles y Obregón respecto a la situación religiosa en México, pues se notaba claramente  el dolo en esos arreglos.

Reporteros visitan a los presos

El Gral Cruz acata las órdenes superiores, y convoca a reporteros de varios periódicos. Hace desfilar ante ellos a los detenidos, menos a Roberto Pro. Las primeras palabras del P. Pro fueron: “Señores, juro ante Dios que soy inocente de lo que me acusan. No he tomado ninguna participación y estaba…” 

Cruz lo interrumpe bruscamente: “¡Basta ya, retírense inmediatamente!” y volteando hacia los reporteros con un ademán violento  dice: “¡Ya lo escucharon! ¡Él mismo confiesa su culpa!” 

Ese día, Calles confirma la orden de fusilamiento para el día 23 de noviembre, a las 10.30am.  Diputados obregonistas invitaron amigos por su cuenta. Se reparten invitaciones en teatros y cafés para “El Gran Espectáculo”

Le toman declaración a los hermanos Pro

A las 7.30pm les toman declaraciones verbales a los detenidos, con el fin de encontrar “algo” para poder culparlos. 

El P. Pro, al regreso de estas declaraciones se mostró optimista y creyó que turnarían su caso a tribunales y se vería su inocencia.

A la media noche, bajaron a los sótanos el Gral. Roberto Cruz y Palomera López acompañados de otros militares y fotógrafos. Al P. Pro no le causó buena impresión esa visita y le dijo a su hermano Roberto: “Ahora si la cosa se pone difícil, Quien sabe que quieran hacer estos señores, pero nada bueno ha de ser. Pidámosle a Dios resignación y fuerza para lo que sea y resignémonos a lo que venga”

Calles grita: “No quiero formas, sino el hecho ¡Mátalos!”

Calles y Obregón vuelven a hablar entre sí, afirmando que es necesario dar una lección a esa “gentuza”. 

Cruz está presente y hace notar que conviene siquiera dar a la sentencia alguna apariencia legal. 

Calles molesto le grita: “No quiero formas, sino el hecho” 

Por su parte, el P. Pro había notado el ir y venir de militares. Rezó con su hermano lo que quizá fue su último Rosario y durmió en el desnudo piso, pues había regalado su colchoneta a Antonio Mutiuzábal.